En el mundo católico se ha hecho tradición revivir uno de los pasajes bíblicos que han dejado huella en la historia: El momento de la crucifixión de Jesucristo.
En el Distrito Federal, México se escenifican los momentos de dolor vividos por Jesús el hijo de Dios, dentro de la religión católica. Esta tradición se lleva a cabo en Iztapalapa, entre Marzo y Abril, basándose en la luna llena.
En el año 1833, el pueblo de Iztapalapa en la Ciudad de México, sufrió un ataque epidémico de cólera morbus que prácticamente acabo con todas las personas mayores de esa localidad. Familias enteras desaparecieron. Por tal motivo, los sobrevivientes encontraron una posible salida: pedir fervorosamente al Señor de la Cuevita que la enfermedad terminará pronto, a cambio, ofrecieron representar año con año la pasión de Cristo en Semana Santa.
Dicen las narraciones de aquella época que el milagro se cumplió de manera sorprendente y literalmente “de la noche a la mañana” la epidemia desapareció, la gente se curó y celebraron una fiesta para celebrar esto.
Una década después, en 1843, el pueblo entero se entregó con una dedicación y una laboriosidad sorprendente para llevar a cabo lo prometido y agradecerle a su Santo patrono la ayuda que recibieron en los momentos de angustia y desesperación.
La fe de esta localidad pudo más que una epidemia mortal. Desde entonces, la representación de la muerte de Jesús es una de las más coloridas, apasionadas y significativas de todas las que se ven en nuestro país e incluso en el mundo.
Año con año, cerca de dos millones de personas se acercan a las inmediaciones del Cerro de la Estrella (o Huizachtepetl) para ser partícipes de una de las demostraciones de fe más grande del mundo.
El jardín Cuitlahuac, las explanadas centrales, las iglesias y unos 20 kilómetros que incluyen el recorrido, son el espacio donde se desarrolla el evento y donde nace el alma y el corazón que mantiene unidos a los ocho barrios que conforman al pueblo de Iztapalapa y a la majestuosidad de su tradición.
viernes, 7 de marzo de 2014
viernes, 28 de febrero de 2014
La droga de los dioses.
Desde el inicio de nuestra existencia, los hombres han consumido drogas. Los primeros individuos que las usaron, les dieron uso medicinal; pero también las usaron para cambiar su estado de conciencia.
Hoy en día existe un sinnúmero de drogas disponibles en el mundo. Aunque su venta y su distribución conlleve el ir a la cárcel, hay civilizaciones dónde las drogas se ven como algo aceptable; incluso como un elixir para la vida.
En algunas poblaciones remotas de Latinoamérica, los indios ancianos inhalan una droga alucinógena llamada "Yopo". A éstos se les unen aprendices jóvenes, quienes también consumen la droga; quienes bajo su efecto, son picados por hormigas.
Estos hombres son verdaderamente indispensables dentro de las poblaciones indígenas, sin embargo, deben pasar por un proceso de iniciación que incluye el uso de drogas. Esto lo hacen, pues dicen que les da el poder de curar.
Los chamanes afirman que cuando el Yopo les hace efecto, pueden ver espíritus y dioses, que en estado normal jamás podrían ver.
Debido a esto, el consumo del Yopo, en esta zona es totalmente normal.
Para que una persona se inicie dentro de la chamanería, que puede tomar varios años, debe inhalar Yopo y ser picado por hormigas militares. Si logran pasar por este proceso de dolor, tendrán la fuerza suficiente que requiere un chamán.
El ritual consiste en una serie de procedimientos, que durarán largas horas. Cuando la droga hace efecto en la persona, comienzan a tener alucinaciones. Estas alucinaciones son placenteras, pues sus sentidos se vuelven sumamente sensibles; por ello, perciben colores de tonos más vivos, y los sonidos son huecos.
Los efectos de esta droga han sido analizados por expertos, quienes afirman que el uso de esta droga conlleva a la psicosis, pues el efecto es tan fuerte que puede alterar los sentidos de por vida.
Hoy en día existe un sinnúmero de drogas disponibles en el mundo. Aunque su venta y su distribución conlleve el ir a la cárcel, hay civilizaciones dónde las drogas se ven como algo aceptable; incluso como un elixir para la vida.
En algunas poblaciones remotas de Latinoamérica, los indios ancianos inhalan una droga alucinógena llamada "Yopo". A éstos se les unen aprendices jóvenes, quienes también consumen la droga; quienes bajo su efecto, son picados por hormigas.
En el sur de Venezuela, en el Estado de Amazonas, habita el pueblo Yanomami. Aunque estos tienen contacto con la sociedad moderna, han mantenido muchas de sus tradiciones antiguas.
En estas poblaciones, los chamanes son los médicos de la región, a quienes acuden los pobladores cuando buscan remedios para sus enfermedades.
Estos hombres son verdaderamente indispensables dentro de las poblaciones indígenas, sin embargo, deben pasar por un proceso de iniciación que incluye el uso de drogas. Esto lo hacen, pues dicen que les da el poder de curar.
Los chamanes afirman que cuando el Yopo les hace efecto, pueden ver espíritus y dioses, que en estado normal jamás podrían ver.
Debido a esto, el consumo del Yopo, en esta zona es totalmente normal.
Para que una persona se inicie dentro de la chamanería, que puede tomar varios años, debe inhalar Yopo y ser picado por hormigas militares. Si logran pasar por este proceso de dolor, tendrán la fuerza suficiente que requiere un chamán.
Los efectos de esta droga han sido analizados por expertos, quienes afirman que el uso de esta droga conlleva a la psicosis, pues el efecto es tan fuerte que puede alterar los sentidos de por vida.
viernes, 21 de febrero de 2014
El país de nunca jamás
¿Cuál es la mejor manera de cuidar a un niño? Es una pregunta que muchos, tanto individuos con hijos, como quienes no los tienen se han formulado.
Para responder esta respuesta en Occidente, se obtendría una respuesta en común: La mejor manera de criar a los hijos es dentro de una familia sana y amorosa, conformada por la madre y por el padre del niño.
Sin embargo, dentro de otras sociedades la respuesta podría ser completamente diferente.
Dentro de algunos grupos étnicos de Indonesia, todo aquello que conlleva la crianza de los niños, es totalmente distinto de lo que los padres de Occidente aceptarían.
Los niños son criados por sus parientes cercanos del lado paterno, raramente por sus propios padres.
A pesar de que tienen contacto con los adultos, los pequeños llevan una vida sin reglas, pues son independientes desde temprana edad. Ellos imponen sus propias reglas.
La mayoría del tiempo, se aventuran dentro del bosque, exponiéndose al peligro de encontrarse con animales salvajes, ahogarse en los ríos a los que van completamente solos, sin la presencia de adultos.
Dentro de este estilo de vida, los niños no aprenden de los adultos, aprenden de los demás niños con los que se relacionan; de hecho, los adultos suelen no preocuparse por los pequeños. Los chicos pueden fumar desde los 7 años, lo cual no será mal visto si algún adulto los ve.
Aunque los adultos no estén al pendiente de los niños, procuran enseñarles cómo sobrevivir por su propia cuenta; narrándoles historias de aventuras sorprendentes, enseñándoles a cazar animales, o saber cómo ahuyentarlos, les inculcan lo que necesitan saber para ser independientes en el lugar.
Su estilo de vida ha llamado la atención del gobierno, quien les ha ordenado vivir dentro de núcleos familiares formados por un padre o una madre, hacer que los niños reciban educación escolar y que se les inculquen reglas a los pequeños. Este hecho ha cambiado el estilo de vida de algunos grupos étnicos que han obedecido las órdenes del gobierno.
miércoles, 19 de febrero de 2014
Las mujeres jirafa.
En la zona montañosa de
Tailandia, habita la tribu Karen. A esta tribu le pertenece una antigua
tradición bastante popular hoy en día, que a pesar de ya tener conocimiento de
su existencia, aún sigue sorprendiéndonos: Alargar sus cuellos con ayuda de anillas
doradas.
Es una
tradición que ha perdurado desde hace varios años en su cultura. Cualquier
mujer puede portar estos anillos alrededor de sus cuellos; sin embargo, el uso
de este "collar" es incómodo.
La
mayoría de la gente tiene la creencia de que lo que se alarga es el cuello, lo
cual es falso. El cuello no crece, lo que sucede es que bajan la clavícula y
las costillas, dando la impresión de que el cuello se ha alargado.
A las
pequeñas de la región se les colocan estos anillos desde temprana edad, para iniciar
con el proceso de "crecimiento", el cual les resulta sumamente
doloroso e incómodo, pues los anillos pueden llegar a pesar hasta 5 kg.
La
cantidad de anillos depende de la edad de las mujeres. Pueden portarlos
también, alrededor de sus muñecas y de sus piernas.
Los collares de las mujeres Kayan, como se les llama, nunca serán retirados de sus cuellos, a excepción de algunas ocasiones dónde interfieren especialistas que siguen un proceso delicado para no lastimar a la mujer que ha modificado ya su cuerpo.
En este
video se muestra el proceso que se sigue para poner los anillos alrededor de
los cuellos de las mujeres.
martes, 18 de febrero de 2014
El arte viviente: las Geishas.
Su popularidad ha trascendido a lo largo de los años hasta la actualidad. Representaban lo mejor de la cultura tradicional japonesa, y ahora se les venera como el símbolo mismo de la nación. Su número se elevó hasta la cantidad única en su historia de 80 mil a comienzos de los años 30. Conocidas por su belleza, talento, e incluso, por su papel sexual dentro de la sociedad, las Geishas siguen siendo hoy en día una figura misteriosa y, sobre todo, representativa de una tradición que ha prevalecido.
Dentro del mundo de las Geishas, los conceptos de elegancia, refinamiento y seducción, son sumamente importantes.
No todas las mujeres pueden ser Geishas, pues se requiere de disciplina, esfuerzo y sacrificio, ya que es una forma de vida muy estricta y muy compleja que no toda mujer sería capaz de adoptar.
Dentro del mundo de las Geishas, los conceptos de elegancia, refinamiento y seducción, son sumamente importantes.
No todas las mujeres pueden ser Geishas, pues se requiere de disciplina, esfuerzo y sacrificio, ya que es una forma de vida muy estricta y muy compleja que no toda mujer sería capaz de adoptar.
Debido que su trabajo consiste en mostrar la cara a su público, el cuidado de la belleza es sumamente importante. Las mujeres Geishas son vistas como la viva representación de una obra de arte, y no sólo físicamente, sino también, en su forma de vida.
Las cosas que aprenden las mujeres Geishas desde temprana edad, son: Danza clásica japonesa, el tambor de hombro y el tambor de palos, y guitarra tradicional; así como la ceremonia del té.
La labor que hace una Geisha es el conversar con sus clientes, entretenerlos, bebirles sake, bailar y cantar para ellos, en algunas ocasiones mantienen relaciones sexuales con ellos.
Una Geisha no puede mantener relaciones sexuales fuera de su trabajo, no pueden tener novio, tienen poca vida privada y poco tiempo libre.
En este documental se muestran diversos relatos sobre lo que no se habla comúnmente de la vida de estas mujeres dedicadas al arte desde todos los aspectos de su vida.
lunes, 17 de febrero de 2014
El reino de las mujeres
El poseer un género, ya sea masculino o femenino, ha influido en diversos aspectos de la vida de una persona. Esto dependerá, de la sociedad dentro de la que el hombre o la mujer nazca, o se desarrolle.
Hay ciertas culturas en el mapa, que han sido generalmente conocidas por la gran importancia que le dan a dicha categorización según el género, siendo China un buen ejemplo de esto.
Sin embargo, a pesar de que la gran mayoría conoce la situación de sobre población en la que se encuentra China, siendo obligados a tener únicamente un hijo, que muchas veces los padres prefieren que sea varón, orillando a las familias a abortar a las pequeñas; en esta ocasión se presentará la otra cara de la moneda, dónde las mujeres son indispensables y celebradas.
En el Himalaya existe una sociedad dónde las mujeres llevan las riendas de la casa, e incluso, son quienes imponen las normas en la zona. Los Mosuo, son una etnia china que habita en las provincias de Yunnuan y Sichuan, cerca de la frontera con el Tíbet. En esta sociedad la vida gira entorno a las mujeres, y de hecho su aldea es conocida como "El Reino de las Mujeres", por el tipo de sociedad en la que viven.
Aquí, las mujeres tienen un papel más importante que el de los hombres. Deciden a diario, controlan la propiedad, y los niños llevan el apellido de sus madres.
Los mosuo, no tienen el tipo de matrimonios que se tienen en occidente, comenzando por el hecho de que en este lugar no existen ni siquiera los maridos, sólo amantes. Los hijos que las mujeres tienen son criados en casa de sus madres, El grupo familiar está formado por una mujer, sus hijos, su madre, sus hermanos, sus hermanas y los hijos de esas mismas hermanas.
Los hombres también son tomados en cuenta en esta etnia, aunque obviamente, no tienen la misma importancia que las mujeres. Aún así, estos se muestran la mayoría de las veces, satisfechos dentro de esta sociedad matriarcal.
Según los sociólogos, esta tradición comenzó hace miles de años, cuando era normal el matriarcado en la China rural. Por otra parte, en el caso del tipo de "matrimonios" que tienen, puede que se deban a una época en la que era frecuente que los padres murieran en guerras, vivieran como nómadas o fueran monjes budistas que habían hecho voto de castidad y, que por ello, no reconocían a sus hijos.
Por lo tanto, en su ausencia, las mujeres recogían las cosechas, daban de comer a las familias e imponían las normas.
domingo, 16 de febrero de 2014
De niño a Cocodrilo.
Las cicatrices de la piel son el tejido que se forma sobre una herida, a medida que la piel sana. Pueden ser vistas tanto de forma positiva, si es que se les da un significado de que se ha vivido una experiencia que ha dejado huella tanto en nuestras memorias como en nuestro cuerpo; o bien, de manera negativa, si se les ve como una imperfección estética. Independientemente del significado que se les de, estas permanecerán en nuestro cuerpo hasta el fin de nuestros días.
Dentro de algunas tribus dichas marcas toman una connotación positiva, e incluso, quienes las poseen exponen por medio de estas que han pasado a la madurez, o son simplemente un símbolo de belleza o de status. Tal como sucede en algunas tribus africanas de Papua, Nueva Guinea.
El proceso del ritual no es muy complicado, sin embargo, el que se somete a él está consciente del dolor que éste conlleva al igual que de su duración.
El día comienza con un baño de agua helada para adormecer la piel, para que después se proceda a cortar la piel. Si bien antes las cicatrices se hacían con bambú, ahora se hacen con hojas de afeitar.
El ritual dura varias horas, en las que la piel del joven será cortada varias veces. Debido a que los cortes se realizan en varias zonas del cuerpo, puede suceder que se haga un corte tan profundo y extenso que provoque extremo e incontrolable sangrado, y finalmente, la muerte. Por lo cual éste proceso es sumamente peligroso, siendo común que se presente la muerte de una o dos personas durante cada ritual.
El objetivo de estas laceraciones es el marcar en la piel cicatrices que se asemejen a la piel de los cocodrilos, pues de esta forma anuncian al mundo que ahora son adultos con la fuerza de un cocodrilo.
Otra creencia que se tiene sobre esta dolorosa práctica es que al nacer los niños tienen dentro de su sangre la sangre de sus madres, por lo tanto, mediante este ritual depuran la sangre de sus madres, quitando todo rastro de femeneidad del cuerpo del hombre.
Dentro de algunas tribus dichas marcas toman una connotación positiva, e incluso, quienes las poseen exponen por medio de estas que han pasado a la madurez, o son simplemente un símbolo de belleza o de status. Tal como sucede en algunas tribus africanas de Papua, Nueva Guinea.
"Los hombres cocodrilo" practican la escarificación para asemejarse a la estética de los cocodrilos, el animal más venerado de esta región; es un ritual que se practica como una transición de la adolescencia a la adultez, aunque también la llevan a cabo hombres adultos.
El día comienza con un baño de agua helada para adormecer la piel, para que después se proceda a cortar la piel. Si bien antes las cicatrices se hacían con bambú, ahora se hacen con hojas de afeitar.
El ritual dura varias horas, en las que la piel del joven será cortada varias veces. Debido a que los cortes se realizan en varias zonas del cuerpo, puede suceder que se haga un corte tan profundo y extenso que provoque extremo e incontrolable sangrado, y finalmente, la muerte. Por lo cual éste proceso es sumamente peligroso, siendo común que se presente la muerte de una o dos personas durante cada ritual.
Cada corte hecho tiene una figura y significado especial.
Durante el proceso, los hombres reciben únicamente el apoyo de sus familiares hombres, debido a que a ninguna mujer se le permite la entrada al sitio donde se practica el ritual, pues se les prohíbe tocar a los hombres que recién han pasado por este proceso.
El objetivo de estas laceraciones es el marcar en la piel cicatrices que se asemejen a la piel de los cocodrilos, pues de esta forma anuncian al mundo que ahora son adultos con la fuerza de un cocodrilo.
Otra creencia que se tiene sobre esta dolorosa práctica es que al nacer los niños tienen dentro de su sangre la sangre de sus madres, por lo tanto, mediante este ritual depuran la sangre de sus madres, quitando todo rastro de femeneidad del cuerpo del hombre.
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