Hoy en día existe un sinnúmero de drogas disponibles en el mundo. Aunque su venta y su distribución conlleve el ir a la cárcel, hay civilizaciones dónde las drogas se ven como algo aceptable; incluso como un elixir para la vida.
En algunas poblaciones remotas de Latinoamérica, los indios ancianos inhalan una droga alucinógena llamada "Yopo". A éstos se les unen aprendices jóvenes, quienes también consumen la droga; quienes bajo su efecto, son picados por hormigas.
En el sur de Venezuela, en el Estado de Amazonas, habita el pueblo Yanomami. Aunque estos tienen contacto con la sociedad moderna, han mantenido muchas de sus tradiciones antiguas.
En estas poblaciones, los chamanes son los médicos de la región, a quienes acuden los pobladores cuando buscan remedios para sus enfermedades.
Estos hombres son verdaderamente indispensables dentro de las poblaciones indígenas, sin embargo, deben pasar por un proceso de iniciación que incluye el uso de drogas. Esto lo hacen, pues dicen que les da el poder de curar.
Los chamanes afirman que cuando el Yopo les hace efecto, pueden ver espíritus y dioses, que en estado normal jamás podrían ver.
Debido a esto, el consumo del Yopo, en esta zona es totalmente normal.
Para que una persona se inicie dentro de la chamanería, que puede tomar varios años, debe inhalar Yopo y ser picado por hormigas militares. Si logran pasar por este proceso de dolor, tendrán la fuerza suficiente que requiere un chamán.
Los efectos de esta droga han sido analizados por expertos, quienes afirman que el uso de esta droga conlleva a la psicosis, pues el efecto es tan fuerte que puede alterar los sentidos de por vida.
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